miércoles, 24 de noviembre de 2021

MIEDO AL FRACASO

 

  Estoy esperando la nota de la materia Ciencias Políticas, una materia por la que tuve un cuatrimestre atropellado y a la cual me costó encontrarle el hilo conductor, comenzaron a entregar las notas y me iba enterando por los mensajes de mis compañeros del grupo de whatsapp de la materia, llegaron las 13 hs del jueves 18/11/2021 pero mi nota no. Para evadir la ansiedad me dirigí hacia Plaza Roca de Villa Ballester y me senté en un lugar estratégico donde podía ver el ombú y el tanque de agua, por la hora que era y por los adolescentes caminando por la plaza me retrotrajo a mis épocas del secundario donde nos sentábamos en ese mismo ombú con algunos de mis compañeros de curso media hora antes de entrar a cursar. Por aquellas épocas también tenía una ansiedad como la que estoy pasando ahora pero el contexto era otro. Como suelo hacer, relacioné ambos contextos y entendí que esa ansiedad es la presión a no tener que fracasar. En mis 40 años de vida y habiendo cursado anteriormente una carrera, entiendo que reprobar una materia o ir a final no es un fracaso, tal vez el hecho de haber aprobado dos materias del curso de introducción, promocionado 5 de 6 materias cursadas en el año y haber promocionado los tres niveles de inglés de manera libre es lo que me presiona a tener el expediente impecable no llegando a llevarme a final con la materia de la nota que estoy esperando. En cambio mis épocas del secundario la ansiedad se presentaba por otros factores: yo TENÍA que aprobar esas materias, ya que en primera instancia sentía la presión de mi madre (que es una persona que solo terminó el primario pero su exigencia estaba legitimada por simplemente por haberme sacado de su útero) que si reprobaba una materia y me la llevaba a diciembre implicaba escuchar unos discursos llenos de gritos, gritos que a mi siempre me dieron nervios, además era seguir yendo a ese edificio del horror: la fábrica abandonada donde cursé mi nivel medio. Se suma también a la ansiedad el hecho de que cada día que pasaba en el secundario era pesadillesco porque debía adivinar con qué travesuras de abusos se iban a presentar mis compañeras y compañeros populares, ya sea referidas a las burlas sobre mi cuerpo, sobre que era callada, sobre que estudiaba y aprobaba los exámenes o porque me elegían al final para jugar al futbol en Educación Física (materia que detestaba no porque no me guste hacer ejercicio sino porque eran dos horas semanales de bullying y violencia futbolística).

Todos los años me quedaba una materia rezagada que era motivo de tachar el impecable prontuario de la cursada y que a su vez significaba tener que pisar el colegio en verano para rendir un exámen en lugar de quedar exenta de no asistir durante 3 meses. Fueron 5 largos años donde se cumplió esa premisa, hubo materias que las aprobé simplemente por asistir a clase todos los días y tener la carpeta completa, otras ayudó que les cayera simpática a los profesores (como olvidar al profesor de contabilidad/mecanografía que pasando lista dijo los apellidos de todo el alumnado pero a mi me llamó por mi nombre). 

Hoy vuelvo a estar sentada en Plaza Roca observando el tanque de agua con forma de plato volador pero esta vez al ombú lo veo desde afuera y no sentada debajo de su sombra intentando relajarme para sobrevivir a la jornada escolar que se acercaba en los minutos próximos. Ha pasado tiempo, otros logros han sucedido por mi vida y hasta tenía otro nombre, la ansiedad puede ser la misma, pero las presiones son otras, es más un eco del pasado que el riesgo real de que mi prontuario quede tapado por una materia a la cual tenga que rendir un final o simplemente recursar, debo aclarar que por el promedio de notas ya sabía que iba a final pero decidí dar el recuperatorio para arrojarme a la chance de promocionarla ( algo que podría salir mal y con un aplazo tener que recursarla) pero bueno… de las veces que me arriesgué en mi vida, el 90% salió bien. Tan sólo resta esperar, y para que pase el tiempo y olvidarme de la ansiedad también escribo estas palabras y de paso retomo la escritura de este blog que fue suplantada por la escritura de resúmenes y exámenes que han atravesado este año particular.


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