La figura de Diego Maradona ha sido controversial para mi comunidad, verlo ser violento con las femeneidades y sobre todo con las mujeres trans y agregando que uno de sus grandes amores fue Cris Miró, una gran vedette trans fallecida. Pero también ha atravesado mi vida, lo vi ganar el mundial 86 cuando mi padre tenía dos años menos de los que yo tengo actualmente, lo vi en el mundial del ´94 en un televisor a tubo en el patio del colegio secundario cuando se lo llevaron para realizarle el control antidoping y recuerdo muchos de sus escándalos mediáticos. Cuando murió sucedió lo que me imaginé que sucedería a nivel popular, recuerdo comentarlo a mi compañero de trabajo allá por el 2018 como si del oráculo de Delfos se tratase, describí la intensidad de las redes y los estragos de su velorio con su posterior marketización por parte de su familia. Pero algo me llamó la atención, cómo gran parte del movimiento transfeminista lloraría su muerte. Me retrotrajo a aquella foto del 2016 donde vi una mujer embarazada que en su panza tenía pintado: “Aborto Legal”, yo pensaba en aquel entonces gracias a los discursos conservadores que el aborto era exigido por mujeres que no querían concebir y no como un derecho, y eso me llevó a indagar más en el asunto. Lo mismo me sucedió al ver la idolatría del transfeminismo frente a la imágen de Maradona. Me senté el día de su muerte a leer los posteos, el contenido, me costó tiempo pero entendí que vendría por el lado del fenómeno popular, de su conexión con el vulgo y no con las clases dominantes, con el hecho de llevar alegría en momentos donde carece.
Cada tanto sueño con Diego, nunca de manera futbolística porque gracias al bullying recibido en el secundario terminé rechazando un deporte que lo jugaba en el barrio durante toda mi infancia, siempre me aparecía en situaciones random cotidianas, pero anoche apareció nuevamente y pude recordar perfectamente el sueño: estaba en una especie de sala de urgencias y no paraba de llegar gente para ser atendida, apareció una persona que tenía conectada la cabeza con sus piernas por medio de un tubo transparente y Leonardo Di Caprio en silla de ruedas con las manos vendadas (nunca me pregunté cómo hacía para avanzar con la silla). Luego pasé a un tinglado donde estaban sirviendo alimento cuál olla popular y estábamos vestidos con ambo y una redecilla en la cabeza para no contaminar la comida con nuestros cabellos. Había gente detrás de una fila de mesas vitoreando nuestra acción, en ese momento lo veo a Maradona, lo saludo como cuando saludas a un amigo, me le acerco y me pega un gran abrazo, como si me hubiese extrañado, sentí su cuerpo gordo y lograba estrujarlo. Luego del abrazo pierdo a Diego en la multitud y observo a una persona que seguro conocía, una persona menuda de pelo colorado, me le acerco y le pregunto si había visto a Diego para cerciorarme que no había sido yo sola con mis capacidades mediumnicas que lo había visto, esa persona me dijo que no, que era difícil verlo porque ya estaba muerto.
Me doy vuelta y me dirijo hacia otro sector y siento que me gritan, me doy vuelta y ahi lo veo parado con una sonrisa, me dirijo nuevamente a él y le pregunto:
– Me podés decir por qué siempre aparecés en mis sueños si yo no soy de las personas que te piensan siempre, y ni siquiera me gusta el fútbol?
A lo que me responde:
– A mi no me interesa que te importe el fútbol o no me hayas idolatrado, yo sólo aparezco a las personas que sé que van a hacer algo grande por Argentina.
Levanto la vista y entre la multitud diviso algunas cabezas con pañuelos blancos, me siento mejor y sigo caminando para el otro lado.
Tal vez sea producto de las vísperas del final del mundial Qatar 2022, redacto esto mientras espero que empiece el partido de Francia contra Argentina tomando unos mates y repasando este gran año que viví con muchas actividades, deseando que mi sueño vívido que tuve anoche, sea premonitorio.
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