martes, 17 de marzo de 2020

Despedida de solteros

     Una pareja, viernes por la noche, colgados en el baúl de un auto por la city porteña: quién no tuvo esa típica despedida de soltero? 
Ah! No les avisé, es un matrimonio gay: hombre con hombre. Se siguen sintiendo identificadxs?
Acá hay amor. Amor del verdadero, no sólo en la pareja, sino entre la gente que los rodea, gente que vivencia y atraviesa cosas. Cosas que no son simples. Tal vez sean simples a través del amor cis heterosexual pero no simples a través del amor homosexual; imagínense un hombre  cis hétero anunciándole a sus progenitores que contraerá matrimonio y no sólo con su pareja,  sino con su pareja del mismo género. Que se siente? La reacción debería ser la misma que con una pareja hétero. Más no lo es. Debemos celebrar o lastimarnos?
Y ahí es cuando se implanta la semilla del vínculo, y no hablamos de la situación vincular que nace de la cotidianeidad, sino de la aversión, de lo que cuesta que suceda. Nace de lo que remamos para llegar donde estamos, nace del abrazo, de agradecernos.
      Agrecederle al otrx que el amor existe y que nos agradezcan porque seguimos vivxs a pesar de...
Nos abrazamos porque el 2020 nos encuentra unidxs.  Nos abrazamos y nos besamos porque no importa que exista el coronavirus ya que existe un virus que nació en el año 1982 y nos separa de nuestros amigxs y nadie se gastó en encontrar una cura porque sólo afecta a gays/trans de clase media baja y no a cis hétero de clase media alta.
      Nos abrazamos porque sólo nos queda el amor entre nosotrxs y el apoyo de saber que conquistamos territorios. Que yo aprendo de él y él aprende de mi.
      Nos abrazamos porque sin amor no existimos, necesitamos esa cuota para superar el día a día.
      Nos abrazamos para decirnos que si morimos mañana, pretendemos dejar algo al otrx.
      Apuesto que toda ésta química no sucede a nivel cis heterosexual. Y Tampoco lo lamento, porque ellxs sabrán que vivirán hasta los 90 años y más, mientras nosotrxs no sabemos si pasamos el día de mañana.
     Nos abrazamos y nos besamos, porque no nos mata un virus, sino la negligencia de la gente.
Acá hay médicos y jueces, pero nos besamos igual. Porque la homfobia/transfobia es más fuerte que un virus nacido en China,  no reconoce fronteras, y no hay vacunas que impida que la la padezcamos.
Es un  despedida de solteros igual al resto, pero a la vez no lo es, porque hay un vínculo social que ningún estatuto podrá quebrantar.

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