jueves, 30 de enero de 2020

Ya dimos sala

    Cuando escuchamos esa frase a lxs que estamos detrás de bambalinas se nos congela la sangre (o comienza a hervir) sabemos que no hay vuelta atrás, que "se acabó la joda", nos miramos entre las actrices y actores o entre los bailarines como si fuéramos a salir al campo de batalla, sacudimos las manitos con ansiedad diciendo, "vamo ' , eh? Vamo' , eh?" Mientras sentimos la adrenalina corriendo por nuestro ser. Horas antes estábamos en nuestra casa armando la valija o bolso con la ropa (en nuestro caso pelucas, maquillajes y casco, lo que hace que nuestro equipaje sea algo más pesado y abultado) preguntándonos existencialmente: por qué me metí en ésto? Si hubiera dicho que no, hoy a la noche estaría en el cine comiendo pochoclos relajada. Y tengo una sola respuesta para darme y para darte. Me metí por amor.
     El amor al teatro es tan potente que podría estar parada una hora en un escenario sin decir nada frente a 200 personas y sería feliz de igual manera. Una vez hice un papel de una persona que mientras miraba al cielo, Dios opinaba sobre mi. La persona que hacía de Dios caminaba alrededor mío hablando mientras yo miraba el techo del teatro. Mi disfrute fue como si estuviera comiendo ese sandwichito de miga que tanto ansié toda la semana y no pude deglutir porque estoy a dieta.
     Pero que pasa cuando te dedicás a bailar? Ahí sí,  no hay tiempo para olvidarse, la música no espera los errores, ella sigue sonando y el artista sigue cantando, que pasa si es un lipsync? Mucho peor aún,  porque te olvidaste una sola vocal y la persona del superpullman lo pudo ver, y como si fuesen  Minos, Aiacos y Radamanthys, no te perdonarán un ápice de haberte confundido.



     Cuando la oferta es mayor a la demanda, tenemos menos posibilidades de equivocarnos frente al público, desde el 2008 que salió el reality de TV Rupaul' s Drag Race, que hizo que muchxs artistas elijan el camino del transformismo, en el mundo, hoy una criatura de 12 años ya sabe maquillarse y no sólo eso, los padres les compran su primer kit de Mac, mientras que nosotras le teníamos que robar el "pintalabios" de Avon de la cartera a nuestra mamá.
     A los 40 sos vieja. Siempre se fue vieja en el showbusiness. Y tus tacos también te lo recuerdan. aún me duele la cintura de estar parada 5 horas en el último lugar donde estuve, ese dolor de cintura se lo debo a los latigazos de mi espalda cuando estudiaba danza con mi profe Eliana García Fischer.

  
      Mamamos películas como Flashdance, Dirty Dancing o Footlose. Y tenemos flashes de esas películas cuando estamos en el escenario mirando a la cuarta pared, buscando a algún amigx, familiar o conocidx que nos haya venido a ver para dedicarles nuestra adrenalina. Siempre me imaginé a nuestro páncreas puteándonos por todo lo que tiene que laburar esas dos horas tirándonos "azucar" por nuestro torrente sanguíneo.
     Todo se exagera, todo se eleva. Cuando entre escena y escena el actor anterior olvidó algo de su utilería en el suelo del escenario y vos bailás en la próxima escena y necesitás que lo corra antes de que se vaya porque eso interrumpirá tu performance o peor, podrás caer y te romperás una pierna y nunca más podrás bailar o actuar. En ese momento lo empezás a putear, en un susurro gritado. La otra persona no te escuchó y es ahí que cuando arranca la música,  tu música, la que vas a bailar, terminás pateando ese objeto con sutileza pero con bronca para poder ejecutar la coreo.
     El teatro es eso. Exagerar para que no te vean apagada y controlarte para no perder los estribos. Muchas veces la excitación del momento me hizo olvidar las cosas. No me olvido por desmemoriada, porque trato de estudiar bastante para que mis errores no sean producto de la flojera. Pero al ser muy controladora muchas veceshace que me focalice en que el resto haga las cosas bien y eso me saca energía para mi. Es como si le hubiese dado combustible de mi auto para una persona que se quedó sin nafta, y yo ahora no podré llegar a Misiones sino que deberé conformarme con vacacionar en Entre Ríos, ya que la música sigue y no puedo parar a cargar nafta para "seguir viaje". Ésto es algo que me han hecho notar mis amigxs, tengo un amigo director de teatro y varias amigas coreógrafas, la gran mayoría de sus devoluciones profesionales se las acepto, pero todxs coinciden en lo que comento en éste párrafo (creo que hasta mi psicólogo coincide).
     Lo importante son los recursos mnemotécnicos, porque somos humanos y los humanos podemos fallar. Pero podemos tener ayuditas o formas de poder recuperar eso que perdimos mientras actuamos.
     Muchas de las performances las hago con Unique. Conocí a Unique por que un vecino mío es su amigo y ahí hablamos de transformismo. Yo le comenté que hace rato quería volver luego de un largo Impass donde no me estuve montando, ella y yo somos muy distintas. Yo soy más tajante y controladora y ella es más humana y colgada, ambas amamos el escenario, la música y tenemos gustos parecidos en artistas y películas, así que no tardamos mucho tiempo en decidir cuál será el próximo tema a bailar o de qué serie o pelicula haremos una performance el próximo show. Muchxs nos preguntan cuanto tiempo de ensayo dedicamos. Generalmente entre dos y cuatro horas "sacamos" una coreo en el interín de una semana (creo que estamos más horas bebiendo cerveza en el bar por semana).





     Nuestra metodología es muy simple, a ella le salen cosas que a mi no y viceversa, hay partes de la coreo que recuerdo yo con más facilidad y otra ella, entonces nos vamos mirando y corrigiendo. Tiramos los lineamientos generales y cada una cuando puede repasa sola en su casa. También nos vamos prestando ropa porque aún no contamos con sponsors que nos cubran los costos de semejante inversión que son pelucas+ropa +zapatos+makeup. Y así fuimos elaborando nuestro camino.     

 

 
 Actuando donde nos llaman o donde buscamos actuar, ayudándonos a acomodarnos la peluca entre número y número ya que el tiempo en teatro es más tirano que la tv.
     Todo ésto que se describe en miles de caracteres ocurre en escasos minutos. Estuvimos horas vistiéndonos por unos minutos, y así como la gente, nuestro cerebro nos vuelve a preguntar: para qué? Y nosotrxs le volvemos a responder: por amor.
     Por eso cuando alguien de afuera dice: "ya dieron sala!" Nos miramos con una mezcla de pánico y placer. Porque sabremos que dentro de unos minutos. Todo ésto que conté, ocurrirá en nuestro ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario