martes, 14 de enero de 2020

Trabajar en la noche

     Por más que el título sea sugerente no hablaré de prostitución, si bien soy masajista ya hablaré de las vicisitudes de esa profesión, de las cosas con las que una tiene que lidiar y también los beneficios de ésta bella práctica. Hablaré del hecho de trabajar de transformista - Por lo menos- en la noche porteña.   Siento bastante paralelismo con lo que veo en las películas, ese ambiente competitivo, por una paga que muy pocas veces es representativa. Yo personalmente prefiero trabajar en teatro. La conexión con el público es distinta, siento que mi drag es para transmitir un mensaje y ese mensaje debe llegar, en cambio en un boliche ésto es muy difícil que suceda porque las condiciones climáticas son otras.
     Hablo de este tema porque el sábado me tocó trabajar en una disco reviviendo los motivos por los cuales no me atrae trabajar en éste tipo de antros, donde se ningunea toda la inversión que una persona pueda hacer, el dinero que se gasta en maquillaje, ropa y pelucas termina a veces siendo una no-inversión porque la paga termina no llegando a cubrir ni siquiera la ropa. Muchas veces (la mayoría)los shows terminan  disfrazandose en concursos.  De esa manera una termina preparando un número que no será pago y al boliche eso le sirve. Sumado a que luego de la performance una tiene sed y termina pagándose la consumición, es decir, terminás perdiendo más plata y el boliche sigue beneficiándose, en ésta oportunidad mi trabajo se hizo un 11 de enero. Resta imaginarse el nivel de deshidratación que llegué a tener, el maquillaje para las 4:30 de la mañana terminó siendo el cuadro restaurado del Jesús, ese famoso que terminó convirtiéndose en meme.
    Sumado a que los niveles de desorganización son tremendos. Hablas con el (des) organizador por whatsapp y no te responde. Terminás sacando cálculos matemáticos para saber cuál es la hora más conveniente para entrar a trabajar (que no sea demasiado temprano ni demasiado tarde), tener que llegar y que no te hablen intentando romper todo el hielo posible como si de un efecto invernadero se tratase. Que te traten en masculino por más que te hayas colocado 5 capas de revoque en la cara, que comience a sonar la música y veas que entra la gente a la disco y aún no sepas cuál va  a ser tu tarea, que cuando preguntes lo que debés hacer te respondan: da vueltas, habla con la gente (tal vez deba hablar del clima como se hacen en los ascensores). Igualmente uno de mis dones es el de hablar hasta con las paredes así que eso no me limitó. Las personas que asisten generalmente ven brillos y lentejuelas, travestonas de 1.80cm (con tacos incluidos) y de alguna manera les remiten a una especie de figura materna. La Hera del boliche, o tal vez la Hestia,  ya que sería una especie de hogar por ese rato que están ahí.
     Luego llega la parte más difícil, saber hasta que hora trabajas y que argumentos deberás esgrimir para cobrar lo que te corresponde por tu trabajo hecho. Ya que muchas veces quedas como que sos  vos la persona que le debe algo a ellxs. Como era de suponerse el horario se extendió (la persona que suplanté trabajaba  hasta las 3.30, esa noche me hicieron trabajar hasta las 6). Lo único positivo que rescato es que el dinero me lo dieron en mano. Bastante bien el monto por lo que pagan generalmente en éstos lugares. Por lo menos cubrió la ropa. No mencionaré el hecho de que no recibí ningún comprobante, AFIP se haría la panzada en éstos lugares.  Toda ésta vorágine para que la persona a la que reemplacé se comunique conmigo y me comente que los organizadores le dijeron que estuve "apagada". Traté de buscar en mi memoria ese desgano recordando que estuve yendo y viniendo, hablando con todo el mundo y subiendo varias veces a la tarima y sólo puedo interpretar que tal vez haya sido mi estado de deshidratación, o estar 5 horas parada en tacos lo que me haya apagado. O el hecho de remarla en dulce de leche para tratar de adivinar qué era lo que debía hacer. Ésto me retrotrajo a una vez que participé en un concurso y el nivel de destrato fue tal que me dolió el hecho que me atacaran donde más me gusta. Donde más pongo energía e invierto mi tiempo y es lo que me da placer. Por eso elijo el teatro. Si bien hay niveles de desorganización, el mensaje puede llegar con más claridad, y los motivos por los que hago ésto se concretan, la relación tiempo/dinero también es desastrosa, pero por lo menos me siento más realizada.

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