Ayer 13 de octubre del 2019 fui al teatro. La misma noche del debate presidencial. Un momento que estuve esperando por meses y se me pasó de largo. Igualmente no me perdí de nada por lo que leí. La obra era de Hernán casciari. La persona que escribió: más respeto que soy tu madre. Lo bueno que mientras el hablaba dibujaba a la vez horacio Altuna, en una wacon (creo que era esa marca) que se proyectaba en una tela mientras otra persona tocaba el piano. No me conectaron los textos de casciari en si. Por que eran vivencias heteronormadas. Que nosotrxs nos perdemos Porque nuestros xadres nos reciminan el hecho de haber nacido desviadxs. O nos cuesta conseguir pareja porque es difícil conseguir alguien que nos quiera ver en la vía pública en un café. En esa salida me puse a hacer un par de análisis(algo que me encanta). Primero el hecho de que tanto mi hermano (que es el que me invitó al teatro) nos pegó fuerte esa especie de rechazo de querer aunque sea a tener una relación sexo afectiva con una persona. En un momento en la entrada del teatro atine a decirle. Que hace mucho que nadie me invitaba a salir. A lo que me respondió: es que a vos se te pegan todos los "rascas" (avaros). Y durante la cena post teatro le pregunté por qué ni había invitado a una mujer cis a salir, a lo que me respondió: es que por lo menos con vos me divierto. Y ahí es donde me doy cuenta como evitamos querer caer en esa rutina nefasta y heteronormada como la que vivieron mis viejos y de la que fuimos espectadores con mis hermanxs.
Por otro lado la única historia que me tocó de casciari fue la de su relación con su padre. En la cual comentaba de como el progenitor le había metido en la cabeza por mandato el fanatismo por el fútbol. Que era la única forma que tenía de acercarse y dialogar con su viejo. Llegué a hacer un paralelismo en mi relación con mi padre y poder concluir que por no gustarme ese juego nefasto y millonario en el cual muere gente cuando se juega una final. Y del cual me la paso escuchando debido a que trabajo en una empresa netamente de hombres cis. Y no saben hablar de otra cosa. Muchas veces escucho que el fútbol une, el fútbol es pasión. Pero conmigo y con muchas otras personas esto no sucedió. De hecho por causa de que ese deporte me resulta aburrido de ver. No tuve nunca ninguna excusa de poder dialogar con mi viejo. Ya que como muchos padres cis de esa generación lo único que les permite ser demostrativos a nivel emocional es el fútbol. Por fortuna esos paradigmas están cambiando. Es algo que no viviré pero de alguna manera me deja tranquila que otra generación está comenzando a vivirlo. Casciari pudo contar en un teatro su relación con su padre. Yo lamentablemente no podré hacerlo ya que no la hubo. Nunca pude sentarme a dialogar con él o aunque sea discutir. Puede ser desinterés o simplemente una carencia de saber acercarse hacia mí o yo hacía él.
Vivo con la intriga de saber si algún día nos sentaremos a hablar de lo que pensamos o sentimos. Recuerdo una vez un viaje a Santa Teresita donde él y yo compartimos auto a solas. Y de lo único que habló en todo el viaje fue de su trabajo. Recuerdo que estuve esperando la oportunidad de que salga el tema de mi sexualidad o un tópico que se acerque a ese tan sólo para mencionarlo pero jamás sucedió. Muchas veces escucho que los padres les responden a sus hijos en el momento en que estos les confiesan su homosexualidad: yo te quiero así como sos. O peor: yo te quiero A PESAR de que seas así. Creo que en ese caso también aplicaría que lxs hijxs le diga que los quieren A PESAR de ser padres conservadores, o A PESAR de que hayan decidido ser padres sin prepararse ya sea previo al nacimiento o post nacimiento de sus hijxs.
Yo tengo 38 años. Mi viejo 72. Aún no tuvimos ese diálogo, básicamente el diálogo es nulo. Y no es porque no nos queremos. Todo lo contrario, nos queremos, yo lo quiero a él A PESAR de que no hable y él me quiere a mi A PESAR de ser lx hijx más desastrosx.
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