miércoles, 5 de marzo de 2014

FINAL DE CARNAVAL

Brasil es un país que generó en mí muchas más sensaciones que en mi vida en Argentina, tuve una relación con un brasilero donde experimenté cosas muy fuertes, y luego de tener un tiempo en el cual no nos habíamos comunicado recibí un e mail suyo al cual reaccioné con un pequeño llanto, en ese momento hablé con mi amiga con la que compartimos la pasión con ese país desde que viajó casualmente para investigar su historia. La duda existencial radicaba sobre si mi reacción surgía a raíz de mis sentimientos hacia esa persona o lo que representaba esa persona para mi, todo el bagage y esa energía propia de ese país que me genera un gran torbellino emocional. Tal es así que tuve una situación que respondió mi pregunta.

Quedamos en ir a danzar gratis con un amigo cuando mi amigo me dice que antes del boliche hacíamos previa en la casa de un brasilero (imaginame). El brasilero estaba parando en Palermo, actor paulista de 38 años (con premios en su haber). Fue cuestión de ponernos a hablar para que al rato mi amigo y su amigo queden pintados al óleo en el medio de la conversación, hablamos de lugares, de música, de política, fuimos al boliche y mientras mi amigo y su amigo bailaban nosotros nos quedamos en el patio con lluvia hablando, hasta que aconteció el beso y el póstumo "vayamos a dormir a casa, de él".

Él se queda dormido rápidamente y yo quedo en vigilia sin saber porque ya que estaba cansado, tuve varias sensaciones, el disfrutar sentirlo dormir, pero en un momento comencé a vibrar energéticamente y al tener los ojos cerrados tuve la visión de una llama verde, era algo que no controlaba yo, imaginé que ésta persona necesitaba salud y por eso se había manifestado la llama de ese color. Cuando se despierta a las 15hs se pone a llorar desconsoladamente y no podía hablar, cuando se calma me cuenta que se le aparecieron los padres mientras dormía, que desde que murieron (la madre había muerto hacía cuatro meses clavados y se había dado cuenta en ese momento mientras me lo contaba)no los sentía cerca y nunca había podido soñar con ellos, aconteció todo el día de charlas y café en el momento de la despedida (él volvía a su país al otro día, y yo a trabajar)decide acompañarme a la parada de colectivo, (las despedidas me afectan emocionalmente)decido acompañarlo a la casa porque no sentía quesería mejor de esa forma, al llegar a la casa me invita a subir a tomar un café, nos quedamos mirando la luna desde el balcón, en ese momento tuve la misma sensación que había tenido al ver el atardecer en el Farol da Barra el último día de carnaval en Salvador, en ese momento el que se pone a llorar desconsoladamente soy yo, sin saber porque, sin poder hablar cuando me tranquilicé me di cuenta que fue un llanto similar al que tuve cuando salí de la iglesia do señor do Bonfim la primera vez que fuí, y cuando cantaron Daniela Mercury y Claudia Leitte en sus tríos elétricos, y siempre que debo volver a Buenos Aires desde Brasil, en ese momento digo sin pensar una frase: "No podía pasar un año sin llorar en el último día de carnaval". En ese instante cayeron las fichas de la duda existencial que había comentado con mi amiga anteriormente: si mi llanto es por la persona o por lo que representa esa persona para mi. Creo que con lo que pasó quedó respondida la pregunta.

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