Hace tres años que voy a la marcha del Orgullo montada, y desde la primera marcha siento que es mi festejo de año nuevo, simplemente porque los 31 de diciembre pasan como un día más y no los espero tanto como los días de la marcha. Además son los días que reivindican una de mis luchas y tengo manera de celebrarlo y además seguir protestando por lo que nos falta, en el 2017 fui con un miedo terrible de salir montada a la calle de día, con unos tacos altos que no me banque. En el 2018 salí dragueada como si fuese la carta de tarot de la muerte, que representa los cambios, quería generar un nuevo nacimiento, ya que fue el momento que me autopercibí como No Binarix (el traje espectacular fue hecho por Sabrina Barbirotto) y más empoderada que nunca porque el hecho de que se rechazara la ley de IVE nos dio más pilas para marchar, y finalmente el 2019 me encuentra con tratamiento de hormonas y un año lleno de luchas, lidiar con los rechazos constantes de ciertas personas y la burocracía del sistema médico y estatal, por eso mi traje de Batwoman (y además porque soy fan de DC Comics), ya manija para la marcha del 2020, veremos en qué habré avanzado a nivel institucional.
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